
La economía circular es, en palabras sencillas, una forma de pensar y actuar que busca que los productos y materiales no se conviertan en basura después de usarlos, sino en recursos que vuelvan a entrar en el ciclo productivo.
Si lo comparamos con lo que solemos hacer en casa, la economía lineal (comprar-usar-tirar) sería como comprar una botella de agua, beberla y tirarla a la basura. En cambio, en la economía circular esa botella podría reutilizarse, reciclarse y transformarse en un nuevo envase, evitando fabricar otro desde cero. Al final, se trata de aprovechar lo que ya tenemos para reducir residuos, ahorrar energía y cuidar el planeta.

- Menos basura en los vertederos: cuanto más reciclamos, menos residuos se acumulan.
- Más aprovechamiento de recursos: lo que para unos es un desecho, para otros puede ser materia prima.
- Ahorro de energía y agua: fabricar algo nuevo desde materiales reciclados suele consumir mucho menos que hacerlo desde cero.
- Impulso a la innovación: reparar, reutilizar y rediseñar abre la puerta a nuevas ideas y negocios.
- Nuevas oportunidades de empleo: desde talleres de reparación hasta plantas de reciclaje.
- Un planeta más sano: menos contaminación y menos emisiones de CO₂.
- Una economía más fuerte: menos dependencia de importar materiales del exterior.
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), como un móvil que ya no enciende, un televisor que se estropeó o un frigorífico viejo, son un claro ejemplo de por qué la economía circular es tan importante.
Estos aparatos contienen materiales muy valiosos, como cobre, aluminio o plásticos, que pueden recuperarse y reutilizarse en la fabricación de nuevos productos. Pero también tienen componentes peligrosos que, si se desechan de manera incorrecta, pueden contaminar el suelo y el agua.
En Canarias, la Economía Circular en general, y el reciclaje de RAEE en particular, tiene un valor añadido:
- Protege el medioambiente: evitamos que sustancias tóxicas acaben en nuestra tierra o en el mar.
- Genera industria local: cada aparato reciclado supone actividad económica y empleo en las islas.
- Reduce la dependencia exterior: recuperar materiales aquí significa importar menos desde fuera.
Cuando llevamos un móvil roto a un punto limpio, o entregamos un electrodoméstico viejo para su correcto reciclaje, estamos haciendo mucho más de lo que parece. No solo liberamos espacio en casa: aportamos a la economía circular, protegemos nuestro entorno y contribuimos al desarrollo sostenible de nuestras islas.
La economía circular empieza en gestos cotidianos, y entre todos podemos convertirlos en grandes cambios. Porque un futuro más limpio, innovador y responsable está en nuestras manos.